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Arquitectos: Archikubik
- Área: 23680 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Adrià Goula
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto de este nuevo aparcamiento en altura, se sitúa en pleno centro de la ciudad de Montpellier, dentro de la ZAC Nouveau Saint-Roch y forma parte del proyecto de extensión del centro urbano. Se trata de un eslabón que estructura la extensión de sectores peatonales entre la plaza de la Comédie y la estación Saint Roch y que situado en el corazón del paisaje ferroviario completará la «multimodalidad» del polo intercambiador de la estación.
La creación de una calle en altura, que funciona como espina dorsal del edificio y prolongación del espacio público (ep), servirá a la reactivación de las relaciones entre los usuarios del parking y los habitantes del barrio, constituyendo un espacio de roce. Esta calle, en tanto que lugar de paso o lugar de encuentro en aquellos puntos donde se dilata, crea en cualquier caso un lugar de cohesión social.
Este espacio ilustra perfectamente el concepto de espacio privado participativo (epp), el cual invita a disfrutar de una unión entre los usuarios, favoreciendo los reencuentros y la apropiación común de espacios privados, como continuación natural de la dinámica del espacio público.
Este edificio tiene la capacidad de ir más allá del programa propuesto inicialmente y se transforma en un edificio relacional que actúa sobre su entorno. Es un elemento de conexión urbana que permite crear una unión entre el barrio de la estación situado al este, y las vías ferroviarias, que hoy en día se encuentran conectadas al resto del sector solamente por el puente de Sète.
El proyecto contiene en su código ADN un potencial evolutivo y de mutabilidad que le permitiría acoger en un futuro un uso de oficinas, viviendas u otros usos emergentes de esta nueva sociedad de la era de la información. En resumen, el edificio integra el vector tiempo en la arquitectura, con vistas hacia el futuro.
La utilización de un material cerámico perenne, asociado a una aplicación innovadora, en forma de tejido cerámico, nos permite incorporar al proyecto una cualidad urbana y acercar el edificio a una escala más amable, convirtiéndolo así en un edificio organoléptico que vibrará con el paso de los trenes y del viento.